Nos pertenece todo lo positivo, las millones de sonrisas, los recreos juntos, los besos, los abrazos, los susurros al oído, los susurros cariñosos, las peleas tontas, las miradas, las manos agarradas...
Los buenos momentos por mucho que no estén para ser nuestros, pero si hacemos de lo eterno un juego, los malos momentos de acabarán perdiendo y seremos felices para siempre, como nos prometimos.
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